El cambio de mentalidades

            Alexis Rosas, escritor de Los últimos pájaros de la tarde, además de ser escritor ha desempeñado cargos políticos como diputado al Congreso Nacional y Gobernador del Estado Anzoátegui. De allí, podemos entender el interés de Rosas de tocar temas como la corrupción judicial, policial y los crímenes venezolanos.

            En una entrevista realizada al autor por el Ministerio para el Poder Popular de la Cultura, Rosas aseguró que lo que había que cambiar era la mentalidad de los policías no  las leyes que esas estaban bien. El ejemplo de esto lo podemos ver en esta novela donde Martín Hernández, el personaje principal de la obra, es un detective venezolano que había fundado su propia agencia de investigación junto a unos compañeros, llamada DETECCAR, tras éstos haber salido de la policía por el despido de su director.

            A pesar de que Martín refleja la imagen de un detective honrado, trabajador y un excelente ciudadano es todo lo contrario. Este detective refleja los peores errores que según Rosas ocurren en la policía venezolana. Años atrás Martín había conocido a una anciana que le había otorgado toda su confianza, incluyendo la contraseña de su caja fuerte, y éste decidió asesinarla para robarle todas sus joyas. Hernández desconocía que había alguien que lo había observado al salir de la casa.

            Augusto Martínez era un joven estudiante de la UCV y fue la persona que vio al detective salir de la casa del crimen. Hernández era irónicamente el encargado de llevar el caso de la muerte de la anciana y al ver una foto de lo que ocurrido en el periódico el joven testigo decidió comunicarse inmediatamente con la policía. Martín al enterarse de que había sido descubierto decidió acabar con la vida del testigo y de su esposa.

            Luego de unos años Hernández volvería a cometer a un crimen pagándole a dos colombianos para que asesinaran a su esposa, haciéndolo parecer un suicidio, para él irse del país junto a su amante. Al final, el detective termina en la cárcel y tras no aguantar la culpa decide suicidarse. 

                                                                                            María Mejías